En vivo y en directo, con Jose Jones.


"- Y ahora. Aquí. En vivo y en directo. ¡El mismísimo Jose Jones!
- Bueno, yo sólo soy uno de los tres... (Por lo bajo). Buenas tardes público.
- Cuánto tiempo intentando concertar esta entrevista, por lo visto la identidad de Jose Jones, debido a su turbio pasado, era difícil de desvelar. Le rodean millones de acusaciones policiales y amenazas de muerte de madres y padres de sus fans más jóvenes.
- Bueno, algunas de esas acusaciones son infundadas. Se deben al miedo que produce la sola mención de mi nombre. Ya me acusan por todo.
- Eso esperamos todos, que salga todo muy bien. Por cierto, desde cuándo existe Jose Jones?
- Bueno, como ya he dicho.. Yo soy solo una tercera parte de lo que es Jose Jones.
- ¿Como es eso?
- Bueno, sí. Jose Jones somos tres personas. No soy solo yo. En definitiva es una mente mucho más compleja, difícil de cazar entera.
- Creo que no le entendemos.
- A ver, es muy simple. La complejidad de lo que inicialmente se concibió como Luas y sus Problemas es fruto de una mente de triple complejidad, no podía ser una sola persona. Jose Jones somos tres. Yo soy solo uno.
- ...
- ¡Váyase a la mierda usted subnormal! ¡Y a la mierda el público también! Arderán todos en vivo y en directo."

La mecha prende fuego y todo el teatro principal revienta en pedazos. La filmación en directo capta todo el momento de la ignición. Un estadio de fútbol se desmorona por la onda expansiva cuando el equipo local iba perdiendo. La ciudad se sume en el silencio absoluto y una tercera parte de Jose Jones sale caminando entre las ruinas camino a otra localidad. Es hora de ir a un motel y escribir la 6ª temporada de Luas y sus viajes y fracciones.

domingo, 22 de marzo de 2020

Miki y las escaleras al cadalso (III)

Un francés, un ingles y un español entran en en un bar. Apesta a azufre, pero eso es lo normal. Esto es el infierno. Los tres colegas van conversando en sus respectivos idiomas, nadie sabe si es que están tan borrachos que ni se enteran, o que en el fondo el lenguaje que utilizan es sólo una exteriorización de la real conversación telepática que puede estar teniendo lugar. Es un poco como una escena de chiste.

Miki, que estaba dormido con la cabeza sobre la barra y la mano rodeando una botella de Corona ya vacía se despierta sobresaltado al escuchar francés. Miki odia sobremanera el francés y a los franceses. Lo que sí que le gusta es que le hagan un francés, y con chupada de huevos incluída, pero escuchar ese idioma le ponía los pelos de punta. Aturdido, agarra la botella y se la acerca a un ojo. Vacía. Miki chasquea los dedos, tratando de llamar la atención de la barwoman. Chasquea los dedos de nuevo. La gente solía morir cuando hacía eso, pero ya hace muchos años de aquello.

Clarisse, la dueña del bar, era la hermana (por parte de madre) del primo (familia del padre) de la mujer del fallecido Jenkins. Había sido un golpe muy duro para toda la familia y Clarisse aun no lo había superado, y no tenía ni idea de que Miki, un borracho que iba cada noche a su bar, había sido el causante de la muerte de Jenkins.

"Clarisse!" Otro chasqueo de dedos, Miki se asoma por detrás de la barra.

"Como me jode que chasquee los dedos, como si yo fuera un animal." Clarisse piensa para sí misma, mientras se toma unos últimos segundos antes de ceder e ir a llevarle una Corona a Miki.

"Miki, hoy tienes que pagarme por ayer y anteayer, llevas dos días con el mismo rollo y esto empieza a oler mal. De hecho, ahora que me acerco, tú también hueles mal. Miki, apestas. No te duchas o algo? Esto no es normal." Clarisse se tapa la nariz, exagerando de forma teatral, y depositando la cerveza lentamente en la barra sujetándola por el cuello con índice y pulgar, como si estuviera tratando con alguien con coronavirus. El francés, el inglés y el español se ríen por lo bajo, pero sin disimular.

"Qué hace un franchute en el bar? Y encima, creo que se está riendo de mí. Clarisse... "
¨Mira Miki, no puedo más contigo. Desdichable, desechable pedazo de engendro. Tu falta de respeto, tu xenofobia, tu soberbia y tu racismo me repugnan. Me repugnas Miki, metete tus deudas por el culo y vete de aquí para no volver. No me interesa tu dinero, solo que te mueras y que te pudras, pero no en mi bar. Aquí bienvenimos  a todos con brazos abiertos, bien lo sabes.¨
Miki capta la indirecta y responde ofendido
¨¿Follar? ¿Delante de un franchute? ¿Qué clase de antro es este? Yo me largo."
Clarisse chasquea los dedos y mientras Miki la mira atontado, le cruza la cara de un bofetón. El francés, el inglés y el español miran de reojo y se acercan en pose amenazante. Miki se recoloca el tupé y sale del bar dando tumbos. ¨What the fuck maaan?¨


Son las 7am, si esto no fuera el infierno sería ya de día. Miki avanza haciendo eses sin rumbo. La cabeza le da vueltas y se le revuelve el estómago. Vomita vodkila con bilis, falafel y sangre en una papelera.
¨DIOS QUE PUTO ASCO! CALENTITO!¨ - Jose Jones, que dormía en la papelera, se despierta nauseabundo con la ducha interna de su compañero de farra. Aun así, la ducha le ha sentado bien y se siente un poco más fresco.


Nadie sabe cómo han llegado a esta situación, nadie sabe cuánto tiempo llevan de fiesta. Miki vuelve a vomitar y Jose, para animarlo un poco, se sienta en el suelo y comienza a intentar levantar un adoquín del suelo, hasta que lo consigue. ¨Ten Miki, sujetame esto¨. Pilla su smartphone y busca la destilería más cercana. ¨A dos calles de aquí, sígueme.¨ Miki rumia y le acompaña docilmente, sin hacer nada extraño, excepto arremeter contra todas las farolas del camino, corriendo hacia ellas y golpeándose la cabeza directamente contra el metal por alguna razón que Jose Jones desconoce. Y a él le da bastante igual, mientras no pierda el conocimiento y aun sea capaz de andar, Miki es una herramienta muy útil.

"Miki, Miki!!" Jose le mete un sopapo a Miki que lleva un rato dando vueltas sobre sí mismo y cantando en algún idioma que bien podría ser sumerio, o suahili, o danés, por la cuenta que a mí me trae, Miki se recompone en un segundo.

"Perdón" Miki se mira los pies, mocasines.

"Bueno, tío, vamos a hacerlo o no?"

"Hacer el qué? Tío chungo."

"Tío chungo? Soy el Jose, cabrón.... No soy chungo, soy un colega, colega."

"Hablas muy raro."

"Mira Miki, puedes contar conmigo...."

Miki agarra en esa misma sílaba a Jose por los cojones, lo levanta del suelo, pega un apretón de tal magnitud que trozos de testículo se le escurren entre los dedos, y entonces y sólo entonces mira a Jose a los ojos.

"Yo. No. Concedo. Entrevistas."

Jose, flotando en el aire, con un único punto de soporte: sus huevos triturados, y con una clara sensación de estar apunto de morir, es incapaz de articular una sola palabra.

"Yo....como. Torrijas¨


Como si fuera John Cena, Miki rota en el aire a Jose y lo lanza contra la luna frontal de un coche aparcado. Miki lo mira y comienza a chasquear sus dedos frenéticamente, sin resultado alguno. Arranca unos cuantos cristales rotos y accede al seguro interno del coche, desbloqueandolo. ´Se sienta en el asiento del conductor, pero no ve nada, dado que el cuerpo inconsciente de Jose Jones está atravesando el cristal, obstruyendo la visibilidad. Miki refunfuña y baja del vehiculo. Un par de curiosos madrugadores se congregan alrededor de la escena. ¨Grrhrhr¨. Miki estira de los tobillos de Jose y lo deja tumbado en el capó.
¨¡Hijo de puta!¨, ¨¡Desgraciado!¨, le gritan desde los balcones y Miki les levanta el dedo. Está cabreado, confuso y cabreado.


***


Jose se despierta, semimuerto y con resaca, en el asiento del conductor. ¨Cucarachas enojadas¨ en el estereo. Sirenas de policía. Miki conduce como un loco y un francés, un inglés y un español rezan por sus vidas en el asiento de atras. Volantazo, volantazo, atropello. Miki no para de reírse a carcajadas, da bastante miedo, incluso más que el hecho de que Jose estaba en el asiento del conductor pero aun así Miki conducía.

"Miki! Qué has hecho ahora, desgraciado? No se te puede dejar solo, en qué lío nos has metido?" Hablar le produce ráfagas de dolor en la sién, la resaca.

"Jose! Estás despierto." Miki parece estar muy contento y disfrutar de la situación, pero la cara de seriedad de Jose de alguna forma le borra por un momento la sonrisa. "Mira... Yo no he hecho nada, ha sido culpa del francés ese de ahí atrás"

PUM, el coche arremete contra una vieja que sobrevuela el coche casi limpiamente y aterriza en el asfalto por donde a continuación cinco coches de policía le pasan por encima. El inglés que ha seguido toda la jugada por el parabrisas trasero se inclina hacia delante para hablar con Jose.

"Don't listen to this guy! He's crazy, he's going to kill us!"

Jose le mete un sopapo y devuelve al inglés al asiento de atrás. No le gustaban demasiado los ingleses, probablemente debido a que su padre, el Sr. Jones, era inglés y había sido prostituto gay cuando aun estaba mal visto. Jose se avergonzaba de él.

"Miki, tienes que serme síncero, qué has hecho? No quieres ir a la cárcel en el infierno Miki. Nunca has oído hablar de las cárceles de Brasil? Pues aquí son mucho peores y ..." Miki levanta la ceja y resopla fuertemente, interrumpiendo. Jose se da unos segundos antes de contestar "Ya sé que tú has sido Satán y bla, bla, bla, pero es que lo fuiste por muy poco tiempo, yo sé mucho más del infierno que tú, recuerdas? Llevo viniendo al infierno muchos ciclos."

El español en el asiento de atrás, que llevaba hasta ahora callado, le pregunta a Miki que qué hora es. Miki mira su movil estupidamente y aprovechando la distracción, hace un movimiento muy ninja y le pasa un cable por el cuello a Miki, estrangulándolo. Miki chilla sordo como un cerdo, chasquando los dedos muy a tope. Jose le pega puñetazos al español sin conseguir que éste suelte el cable. El francés y el inglés dan saltitos de emoción y tararean ´seven nation army´ en plan hooligan. Miki se pone rojo, luego violeta, luego azul. Sus manos han soltado el volante y clava el acelerador. ´Muere hijo de puta!´. Miki convulsiona, Jose chilla, atropellan a otra vieja. ´La putain!´ exclama el francés. El coche acelera más y más. totalmente fuera de control. 130, 140,160,200,250 kilometros por hora por una calle vecinal del polígono. Jose aprieta un botón y activa su asiendo de eyección. Desde más de 50 metros de altura, ve como el coche pisa un bordillo y estalla en llamas dando cien mil vueltas de campana.
Jose flota, tranquilo, flotativo, maniobrando su paracaidas como un profesional hasta realizar un aterrizaje perfecto al lado del coche carbonizado. Una lagrima recorre su mejilla. Días como este son los días que más recuerda, cuando su ciclo acaba y se reinicia; cuando echa la mirada hacia atrás y todas sus vivencias se presentan borrosas. El día en el que Miki, que es quien le condenó a sufrir el infierno por una eternidad, después de haber muerto una vez, se prende fuego a sí mismo después de estrellar un coche en el infierno.

Jose estaba harto de ver morir a Miki. Jose, de hecho, estaba harto de Miki. Durante todos los ciclos que había vivido, desde que la palmó en un accidente en el plató, cuando una pistola resultó ser real en lugar de una de fogueo, desde entonces había visto a Miki morir unas mil veces. Miki la palmaba sin ningún tipo de gracia, se iba en una bola de fuego que era el resultado de un coche explotando. No hay forma de ser más aburrido que Miki en el momento de su muerte. Después de una infinidad de ciclos, Jose Jones, que ya sabía qué tenía que hacer, se aclaró la garganta con un  carraspeo y empezó:

"Yo, Jose... Yo, que soy Jose, por mucho que muera, y es que ya he muerto muchas veces, sé que voy a volver. Me siento inmortal. Soy inmortal. Soy una bestia en el inframundo. Soy un monstruo, soy un miedo, soy la razón por la que no puedes dormir. Soy el aire que te falta. Soy la mano que te ahoga. Soy un cúmulo de nubes. Soy la ventisca, soy la tormenta. Soy (somos) el verdadero Javichulo, el que monto el tinglado, el Creador cojo, el director de orquesta. Soy el rugir de tu hambre, la herida abierta. Soy la acidez que te quema. Soy la portada de este libro, la inmortal novela, la eterna injusticia. Lo rancio de lo humano, lo oculto de la mente. Yo soy tu culo, y hasta aquí, es la historia de mi muerte¨




No hay comentarios:

Publicar un comentario