Jose se mira las manos, huesudas, con llagas en los sitios incorrectos, con los nudillos abiertos de sus ataques de ira.
El papel tiembla en sus manos mientras lo coloca en la máquina de escribir. Años de evolución tecnológica, tablets, ordenadores y demás, pero Jose sólo confía en su Remington Steele.
"Todos los guiones de la serie se escribieron con una de estas, " Piensa Jose para sí mismo, "me parece adecuado que la verdad se escriba sobre las mismas teclas".'
"Voy a poner algo de música, por ejemplo...."
Acaricia con los dedos el dorso de los cedés. La mayoría de ellos habían sido sustraídos del almacén de pruebas de la policía local. La policía acumulaba un absurdo número de cedés pirateados, producto de los incesables barridos contra la distribución callejera. Jose había dejado claro en la última asamblea de los Real Minute Men que si el ejecutivo no hacía todo lo que estuviera en sus manos para detener la distribución pirata de su propiedad intelectual, dejaría de engordar al ganso. A decir verdad, el incentivo no era necesario, era increíble lo eficaz que podían ser las fuerzas del estado cuando los golpes iban dirigidos al mayor cúmulo de melanina en varios kilómetros a la redonda. Fuera como fuera, había amasado una colección de copias pirata de su propia discográfica que exponía con orgullo. Era un mensaje a todo aquel entrara en aquella habitación, "Hasta cuando intentáis joderme, soy yo el que maneja el dildo".
Jose decide dejarlo al azar, saca un cedé sin mirar y se dirige hacia el hi-fi compact disk sound system 7.1 with three fucking cd readers.
¨La verdad es que nunca supe lo que hacia, la verdad es, que todo es mentira¨
Jose da un suspiro y continua.
¨Nunca creí en la suerte del principiante, pero siempre la tuve. La verdad es que nunca comprendí bien los motivos por los cuales la serie tuvo tanto exito. Simplemente ocurrió...y yo no dude en subirme al carro. Todos esos banquetes, los CAOs, las putas. Me gustaba aquella vida. Visto en retrospectiva, solo era cuestión de tiempo el que la burbuja explotara. Un imperio que estaba de puntillas, una auténtica bomba de relojería.
La verdad es que hoy, no siento más que una suave nostalgia agridulce hacia esos años. He estado en la tierra, en el cielo y en el infierno. He estado en el espacio exterior, he visitado el Himalaya. ¿Qué me queda ahora? ¿Qué hay de los personajes que siguen vivos tras la quinta secuela? ¿Comen perdices? ¿Viven felices?¨
Jose acaricia la Desert Eagle en su bolsillo. A traves de un agujero, siente el frio acero en la punta del pene.
¨A quién quiero engañar. La verdad es que yo soy producto de la creatividad. Tan solo un personaje de ficción. Querido lector, más te duela, la verdad es que mi nombre no es Jose Jones. No hay perdices para mi. La serie tuvo su momento, y tuvo su cancelación. ¿Qué sentido tiene ahora mi existencia? ¿A que se dedica el creador tras haber creado? Algunos artistas saben hacerse viejos, sino mira a Keith Richards. Otros.....¨
Jose para el cedé y coloca el Electric Ladyland.
¨Otros no.¨
Cierra los ojos con tanta fuerza como con la que aprieta la Desert contra su sien derecha........
PUM!