En vivo y en directo, con Jose Jones.


"- Y ahora. Aquí. En vivo y en directo. ¡El mismísimo Jose Jones!
- Bueno, yo sólo soy uno de los tres... (Por lo bajo). Buenas tardes público.
- Cuánto tiempo intentando concertar esta entrevista, por lo visto la identidad de Jose Jones, debido a su turbio pasado, era difícil de desvelar. Le rodean millones de acusaciones policiales y amenazas de muerte de madres y padres de sus fans más jóvenes.
- Bueno, algunas de esas acusaciones son infundadas. Se deben al miedo que produce la sola mención de mi nombre. Ya me acusan por todo.
- Eso esperamos todos, que salga todo muy bien. Por cierto, desde cuándo existe Jose Jones?
- Bueno, como ya he dicho.. Yo soy solo una tercera parte de lo que es Jose Jones.
- ¿Como es eso?
- Bueno, sí. Jose Jones somos tres personas. No soy solo yo. En definitiva es una mente mucho más compleja, difícil de cazar entera.
- Creo que no le entendemos.
- A ver, es muy simple. La complejidad de lo que inicialmente se concibió como Luas y sus Problemas es fruto de una mente de triple complejidad, no podía ser una sola persona. Jose Jones somos tres. Yo soy solo uno.
- ...
- ¡Váyase a la mierda usted subnormal! ¡Y a la mierda el público también! Arderán todos en vivo y en directo."

La mecha prende fuego y todo el teatro principal revienta en pedazos. La filmación en directo capta todo el momento de la ignición. Un estadio de fútbol se desmorona por la onda expansiva cuando el equipo local iba perdiendo. La ciudad se sume en el silencio absoluto y una tercera parte de Jose Jones sale caminando entre las ruinas camino a otra localidad. Es hora de ir a un motel y escribir la 6ª temporada de Luas y sus viajes y fracciones.

miércoles, 13 de julio de 2011

Los incipientes problemas de Javichulo.

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.

Marcel
Proust




-¿Qué son los anales de la historia? Se preguntó Javichulo.
Pensó un poco. Sin duda Hitler fué un gran anal para la historia. Podríamos decir que la peste negra supuso también una gran penetración. Pero Javi necesitaba algo más. Debía pedir consejo a alguien, a algun verdadero hijo de puta. Necesitaba a alguien vivo que hubiera aplicado el termino "anal" a un par de cientos de personas. De repente cayó, buscó en Google y anotó en un post it rosa:

666289786 - Ratko Mladic.

Cogió el móvil y marcó. Tono, tono, tono.
Contestó una voz que parecía salida de ultratumba. Era penetrante y a la vez jugosa. MMMh, quiero comerme un banana split.

- ¿Quién es?
- Soy Javichulo. ¿Qué hay?
- Shhhh, te he dicho que nunca me llames a este número.
- Ah, ok.

Javichulo cuelga y intenta hacer memoria. Ya está, lo tiene. Vuelve a marca, pero ahora a un número diferente, que no podemos ver. Esconde todo aquello que pueda ser revelador.

- ¿Quién es?
- Ehhh ¿Javichulo?
- Ahora no, estoy ocupado, llamame más tarde.
- Ok.

Javichulo cuelga y intenta tranquilizarse. Va a ser un día muy largo. Que decir de las manzanas. Se come tres o cuatro para hacer tiempo. Vuelve a llamar a Mladic.

-¿Vuelves a ser tu?
-Soy yo otra vez, Javichulo.
-Me suena tu voz... pero creo que no te conozco. Desde que el hijo de puta de Borjamari vendió al gobierno mi situación, no había vuelto a escuchar una voz conocida. A lo mejor son simples delirios.
-No se bien ni por que te llamo. Conozco tus andaduras por Palestina. Como te pasaste hermano. Que digan lo que quieran, pero el ano de la historia lo dilataste sin popper. Quiero hacer lo mismo.
-Se que me tengo que joder, y que si hay alguien a quien no se le puede conceder el derecho a dar pena, es a mi. Pero aun así te aviso. Si consigues que tu integridad moral tienda a cero, te pasas al lado oscuro de la fuerza. Así de facil. Al más puro estilo Vader.

Javichulo colgó el teléfono decepcionado. Quería algo más inspirador. Mladic fue un buen hijo de puta en sus años mozos, pero ahora era un simple friki de Star Wars. Javichulo siempre admiró el pelo de Skywalker. Pensando en ello, se hizo una paja para pasar el rato. Desde que ingirió a Luas, tenía algunos problemas de polla firme, más no así para la mastubación. Javichulo se tocaba entre 10 y 15 veces por día. Corridas ya sin semen, capullo inflamado. Necesitaba a una mujer, necesitaba volver a ser heterosexual.

-Maldición. Desde que Luas apareció en mi vida todo ha sido un infierno. Con la de problemas que tengo debería tener mi propia serie.

Un reality gastronómico combinado con tutoriales de internet y porno amateur...No, simplemente pajas y pajas.

-Deja de desvariar... Javier.- Pensó para sus adentros.

Toc Toc, y entró sin esperar respuesta. Marcel Proust irrumpió en la sala con la boca llena de magdalenas y armado con un Ventolin en cada mano. Tras horas de monólogo sobre las vistas de la ventana y unos espinos que Javichulo tenía plantados, dijo:

-He venido para que me des las buenas noches, mi madre no me quiere y ésto ya me está cansando. Dame un besito y me marcharé.

Javier, sin comprender mucho qué estaba pasando, se acerco decidido y le dio un besito en la frente a nuestro querido escritor. Siempre que hablaba con él, tenían que terminar igual. Mucho sexo había entre estos dos seres, efecto que explicaremos otro día.

Javier cierra la puerta y se sienta de nuevo en su butaca de Boy Scout. Prepara un poco de tabaco para su pipa y empieza meditar sobre las últimas palabras de Marcelo sobre la termodinámica del viento pasando por la ventana, cómo eso puede evocar a una bonita descripción. Esas palabra resuenan en su cabeza para terminar en un estallido. Extasis puro.

Ya es sabido que Javier sufría esa experiencias parapsicológicas desde su tierna infancia. Su cabeza era una calamidad para el cuerpo de estudios parapsicológicos de Nueva Guinea cuando estudiando su cabeza no pudieron arreglar la creencia que tenía Javichulo de que su pene era un lápiz al que se le podia sacar punta. Por otro lado, él amaba ser así, pdriamos decir que estaba enamorado de si mismo. En el espacio de su cuerpo para el amor, solo cabían él mismo y Luas. Al fin se sentía lleno. Al fin.

Seguía pensativo en su ventana. Miraba las bisagras y alucinaba con la mecánica. -Cómo me gusta que las cosas encajen.- pensaba. - Cumplen su función, su simple enmienda. Solo deben articular dos planos sobre un eje, el marco y la hoja. Luas y Javier estaban ahora juntos, pero no articulaban bien. Javier lo sentía dentro, pero no lograba comunicarse con él. Lo sentía en su interior como quien recuerda a una ex-novia. Pero Javier no desesperaba tan facilmente.
-Encontraré nuestra bisagra Luas, la encontraré. Tiene que haber álgo, álguien capaz de unirnos permitiendonos ser nosotros mismos. Álgo o álguien creado con tal fin.
Javichulo suspiraba. La puerta y el marco. El lleno que proteje y el vacío quecomunica. Luas era un lleno transpasable, y Javier era un vacío prohibitivo. Debían articularlo de algun modo, debían reinventar el mecanismo. El picaporte en cambio no giraba fácilmente. Había que introducir una llave si se quería abrir. Javichulo se encontraba frente a una puerta cerrada. Llevaba toda la vida buscando las llaves, y ni siquiera sabía qué estaba buscando. Las llaves que abrían el futuro, eran el paso adelante.
De ahí deriva la importancia de las bisagras, pero las cerraduras son más duras. Javichulo entendió ésto como que no necesitaba una articulación. ¡Necesitaba la llave! Realmente, nunca había estado la puerta que los separa. Ese muro transparente, acústico, que no les permitía la cópula.
Salió corriendo de su casa. El Bronx está lleno de perros vagabundos en pistas de basket con negros que dejan de jugar para mirarte. Corría en trance. No se fijaba en nada. Pensaba en su relación con Luas. ¿Quien era la llave? De repente, llegó. La puerta de la mansión de Sebastián.
Él era la llave: Sebastián. Sebastián durante toda su vida abrió muchas puertas, era el maestro, era la llave.
Entró en la mansión con paso decidido. Al cruzar el umbral de la puerta se encontró sumido en la oscuridad absoluta, no podía ver nada. Cuando comenzó a andar, pisaba con cuidado. Escuchaba atentamente. La verdad es que no se imaginaba que Sebastián vivíera en una mansión Luis XVI. A medida que caminaba, había más luz.
Llegó a una puerta, había banderas en las que se leía NJ. Dos centinelas de armadura plateada cruzaron sus lanzas.
-Identifíquese. Grito el guardia.
-Soy Javichulo.
-¡Adelante caballero!
Abre la puerta, tiene la llave puesta. Dentro lo que ve no deja de sorprenderle. Por un lado tenemos en una mesa un pinguino jugando a poker con un kanguro. Justo al entrar, los dos se giran a Javichulo y lo miran un instante. Poco después retoman la partida cómo si no hubiera pasado nada. Por otro lado, en cada pared un cuadro de Sebas adoptando distintas posturas. Varios perfiles, muchos primeros planos, dibujos, retratos. Es realmente sensual. Javier observa el contorno de sus ojos en un primer plano y se masturba en una esquina oscura. Pensaba que nadie le vería, pero el canguro, indignado, se levantó y se fue. Sin limpiarse, Javier prosiguió el camino.
Entró en la siguiente sala, una especie de bunker lleno de aparatos de última generación anticuados. Ordenadores y cámaras digitales recuperadas de excavaciones ilegales. Aparece Sebastián con algo parecido a una Gameboy.
-Deja eso ya.- Dijo Javier, algo molesto.
-Calla, estoy posteando en el Twitter.

@Nigrojaque Con Javichulo en la Playa de Palma Nova, qué pedo lleva el tío. Nos vamos de cañas!

-A ver, - Javier saca su BB y empieza a teclear. Ve algo que no le gusta, una foto de él mismo en ese preciso instante. Abajo, a pie de foto pone: Hace 2 segundos.
Javier enfurece y echa chispas por los ojos y denuncia la foto. Se decide a trollear.
Desenfunda su pene erecto y coge a Sebastián por el pelo. Lo tiene bien cogido con la izquierda. La derecha, despiadada, con la Blackberry en modo cámara. En un instante, una foto de Sebastián con la polla de Javier hasta la traquea recorre la red.
La foto se difunde por redes sociales, blogs, telediarios y la prensa principal. Internet herbía. Maximum trolling.

Javier salió de la mansion cabreado. Se puso los cascos, Screamadelica y a seguir buscando.

"Trip inside this houseeee ass you pass byyy..." recorriendo de nuevo las paredes del muro de Berlín, hebrío hasta las trancas de cerveza y Jagermeister, cantando esta canción. Cuando Javier viajó al norte se le helaron los cojones, vaya recuerdos estaba teniendo justo ahora... El maldito Screamadelica.

Sigue buscando sin embargo, aunque sin un rumbo fijado. Atrás queda Sebastián, escupiendo el semén de Javier.

La masa de gente que se encontró bloqueando su camino no era normal. Era el Oktoberfest. Birras y rubias tetonas. Quizás Miki hasta el culo de Ron Barceló era la llave que andaba buscando. No lo creía, pero "le apetecía ver a ese cabrón."
Se lo encontró casi sin querer. Javier estaba tranquilo. Dos litros y Javichulo en acción. Borracho de Ron. Se choca con los pives sin pedir perdón. Esa gorda anda sola. Se empalma y se le va la bola. Coge su arma y no controla. Enciende la consola. Era bueno y no es trola, ameno, veneno en sangre fría fria, fria, fria como lo lejos que está Noruega, tan veraniega.

-Miki, ¿dónde estas chorbo? Estoy en el Oktoberfest. - El teléfono ni siquiera había dado tono, pero Javier tenía que disimular de alguna forma para no parecer ridículo con un móvil que no le contestaba en la oreja. Las marchitas margaritas que bebian los anglosajones contrastaban con las jarras de zumo de cebada.
Javier entro en un estado de shock. El shock fue la manera que tuvo de darse cuenta de que no iba bien por el camino, que debía reclutarse o alistarse o enmerdarse en algún estado transitorio más. Ya lo había hecho antes y no sería la última vez.

- Es la hora, es la hora... es la hora de ir al Himalaya. - Javier para sus adentros.

En el pasado, Javichulo ya había leido algo de los mayas y no le había gustado ese rollito que llevaban con el sol, los calendarios extraños y esas otras memeces que no conseguía entender. Él estaba por encima de todas aquellas historias y no se quería preocupar por el 2012. La aventura de vivir le había hecho más racionalista.
Recordó a Borjamari, que le había explicado con todo tipo de detalles el porqué de su desgracia.
Pensó que en el Himalaya podría relajarse y encontrarse consigo mismo y, por ende, con Luas. Quizá la llave que tanto ansiaba no estaba en Sebas ni en Miki, ni en los mayas. Tenía que encontrarse con Luas de forma frontal. Encararlo, abrirlo y penetrar en su ser, en su alma. Decidido, corrió hasta la estación de autobuses más cercana y compró un ticket para el aeropuerto. De camino, utilizó su BB para comprar el billete y hacer el check in online.

Los aeropuertos en Alemania son diferentes, la gente es muy educada y las colas se mueve muy rápido. Javichulo está sentado en su asiento en 0,23 segundos. Abre "Los Miserables" por la página 789, Jean Valjean en el convento vive siendo un jardinero. Se duerme en seguida, antes de que el avión despegue.

Al despertar no sabe donde está, ya no reconoce el paisaje. Espacio aereo internacional. Pulsa el botón para que venga una azafata, que llega casi al instante. Su identificación lleva una foto-carné de élla sonriendo. Mira a Javier con seriedad y le comprende al instante. Desaparece para volvér con un gin tonic, una penthouse y una ralla de cocaina. Ahora sí que sonrie. Javier esnifa y bebe. Javichulo la mira con la mirada desencajada y Paloma aumenta su sonrisa.
-Hacía tiempo que no nos veíamos, Javichulo.
-Quizá demasiado.- contestó éste torciendo la cabeza, con los dientes apretados y moqueando por la derecha. - No me gusta dejar de ver a mujeres tan hermosas como tú, me hace pensar demasiado, aparte de que las pajas se me hacen más complicadas. ¿Crees que podemos escaparnos al baño y echar un pete?
- Javichulo, nunca cambiarás. Estoy trabajando, sabes que no puedo. Además, no serías capaz de hacer nada en este avión, por el simple hecho de que tú ahora mismo no estás aquí.
- ¿Qué quieres decir?... - Javichulo está extrañado, estas palabras chocan en su cabeza como un martillo pilón. De repente se siente flotar, liviano como una pluma.
- Creo que acabas de entenderme... No estás aquí ahora mismo, esto es todo una ilusión... Tu verdadero cuerpo está sumergido en Vispring dentro de una probeta de características homéricas en el laboratorio del Nigrojaque... De todas formas, poco puedes hacer.... Así que disfruta el momento, sin embargo, de sexo ni hablar.

Javichulo se arranca el cinturón de un tirón, empuja a Paloma y sale corriendo por el pasillo. Se dirige a la salida de emergencia con la mirada perdida y la nariz aun goteando.
Se despierta. Se ahoga en una pecera, lleno de tubos y vias, sondas y drenajes. Las alarmas de los monitores de control suenan como locas. Se mueve como un desesperado intentando quitarse el tubo que tiene metido por la traquea hasta los pulmones. Aparece una horda de cientificos de baja moralidad. Javichulo llora en estado de shock, no comprende nada y siente llegar una erección. El pene se le llena de sangre y los científicos sacan sus bloc de notas, cámaras y otros instrumentos de medida. Un tubo que tiene clavado en el glande comienza a cambiar de color, de gris a azul celeste, progresivo. Que vergüenza, una empalmada delante de tanta gente seria... Ya había vivido algo así anteriormente, hacía muchos años, en la escuela episcopal. Los electrodos que tiene en las sienes empiezan a vibrar suavemente, el letargo vuelve a apoderarse de Javichulo...

- ¡No! ¡No lo haga! ¡¿Está loco?! - Chilla un azafato homosexual, agarrándose el paquete con las dos manos. Javichulo abre la puerta de emergencia y sale despedido al exterior, succionado por el vacío. Se coje a la cola del avión y se incorpora. Parece ser que Jose Jones quiere hacerle caer, quizá por alguna experiencia previa de Jones con algun tipo de paracaidas tandem. Pero Javichulo estaba decidido a no ceder ante este destino impuesto. Comenzó a escalar por la parte superior del avión hasta llegar a la proa. Se situó en el parabrisas de los pilotos y les hizo un calvo. El fuerte viento movía esos pelillos rizados. El piloto pegó un volantazo y derrapó, pero Javi estaba bien cogido.
Agarrándose con los dedos a una junta, aguanta el fuerte viento en la cara. El avión gira y gira, la cabeza de Javier empieza a desprenderse de su cuerpo. Se marea y vomita. Inevitablemente suelta las manos y cae al vacío. Ni paracaídas ni hostias.
En su caida, pensó en el destino. Quizá su futuro sí estuviera siendo guiado por una especie de ente superior. Su destino no estaba escrito, se iba escribiendo sobre la marcha, pero no era él, sino Jose Jones quien lo dictaba segun sus caprichos.
Veía acercarse el territorio. "Parecen hormigas" recordó Javier a Ollie Williams con una sonrisa.
Su suerte estaba echada, no parecía haber ninguna solución a éste problema, así que se mantenía relajado. Apareció un atisbo de esperanza al desaparecer la tierra debajo de él y encontrar de nuevo, más cielo. La caída era infinita, quizá era el momento apropiado para reflexionar.

"Me llamo Jose Jones y soy drogadicto"
¡Hola Jose!
¿Qué tiene que contarnos hoy Sr. Jones? ¿Cómo se siente?
Siento que mis ojos se salen de las cuencas como una gelatina que ha estado demasiado tiempo al sol, resbalan y descienden por mis mejillas, pegajosos, dejando en mi cara dos agujeros en los que depositar unas velas negras con olor a vainilla. Mis uñas se rompen, crujen y caen también. Caen sobre el asfalto caliente, encima de la masa sanguinolenta que han dejado mis globos oculares.
¿Qué conclusión extrae de todo eso?
Yo pensaba que era una mujer y hoy me doy cuenta que no estoy tan seguro. ¿Porque sino hablo de mi misma en masculino? No se si es real todo ésto. Solo se que no veo nada, y que no tengo uñas. La vida da vueltas, el cielo se vuelca sobre si mismo mientras todo a lo que le damos importancia la pierde por simples gestos, caricias y charlas. Todo son épocas, y todas las épocas pasan.
Recordó la letra de una canción de la Bersuit:
Yo veo al futuro repetir el pasado, el museo esta lleno de grandes novedades.

Cuando cesa la música te sientes decaer. Los sonidos terminan y llega el silencio, despiadado. Javier se sentía muy mal consigo mismo y con Jose Jones aun más. El pelo de su cabeza, cuidado con Schwarzkopf, se cae por momentos. Se siente envejecer y desciende a los infiernos. Su cabeza, hoy calva, cayó encajada en una grieta. Alexhander levantó la mirada con tranquilidad.
Alexhander era solo otro hijo de puta más en el infierno. Llevaba años allí y por eso no le sorprendía ver de cuando en cuando caer otra cabeza.
Le sorprendío que los pocos pelos que mantenía, eran tersos y suaves. Los comparó con su rubia melena, ya quemada por el calor y el azufre, y le preguntó a Javichulo que cómo lo hacia.
Javier miró de reojo y simplemente le mandó un guiño a distancia. Cautivadora su mirada, Javichulo se creía el mejor en la pista de baile. Por ello salía de todas las situaciones con un guiño de complicidad. La cabeza perdida de Javier no entonaba muy bien con el infierno. Él era más de frio, de montaña, que de playa. Sin embargo, vivir es adaptarse y debía esforzarse para no pasar la eternidad solo. Decidió que el primer paso era ir a ver al diablo, un viejo amigo suyo.

- Disculpe señorita, podría decirme dónde... - Alexhander clava su mirada en los ojos de Javichulo y escupe una bocanada de fuego.
- ¡Señorita tu madre! Llámame señora.
Javichulo aceptó ente disculpas y siguió a Alexhander que ya había comenzado a andar. Pronto llegaron a una puerta en la que colgaban tres llaves.
La primera es la llave de Javier, la segunda es la de Javichulo y la tercera, la del destino, es la llave de Jose Jones. Las tres te pertenecen, pero la puerta es propiedad del diablo.
Javierchulo miró consternado. Llaves. Estaba harto de llaves, pero tenía que seguir adelante. ¿Luas donde estás?













Luas se encontraba a miles de años luz. En la Antártida seguía, aun habiéndose convertido en un cubata y haber sido ingerido por Javichulo, él se seguía sintiendo pegado al hielo, cubierto de nieve. Luas también pensaba mucho en Javichulo. Haber entrado dentro de él le evitaba verlo, y le echaba mucho de menos. Mi cabeza está en cualquier parte. Vamos a la cama ya. En la cama se está bien, bajo las sábanas, oculto del mundo.
Mas pesa en la conciencia.
Desaparecer, no tomeis a broma.
La cama es la evidencia, sodoma. Gomorra.
Javier ya no estaba, y ahora,
desaparecer. No tomeis a broma.
Podía pensar que todo seguiría igual, pero siempre, podía cambiar.

John McDonalds cómo sabía que todo esto iba a pasar cuando empezó en la trama de corrupción y dinero, hizo un contrato vitalicio con todos los derechos de la serie. Eso le aseguraba tener el control absoluto para cuando venían estos arreglos temporales. Quizás, a pesar de que todo el mundo pensaba que era un hombre malvado, simplemente muchos se equivocaban por no darle una oportunidad a cambiar. John McDonalds era una persona demasiado distinta en tantos momentos que no se le podría llamar mala, más bien, incomprendida. Incomprendida por sus acciones que explicaremos con coherencia y orden.

El faisán dorado revoloteava por la cabeza de Sebas muchos años atrás, justo cuando hizo el mayor trato de su vida, el contrato vitalicio:

- Buenos días señorito Sebas.
- Buenos días Alfred ¿Cómo estás?
- Algo cansado, piense que llevo varias noches costipado.
- Lo se Alfred, dime, ¿tengo algún asunto nuevo sobre John McDonalds?
- Si, creo que tiene un recado súmamente importante.
- ¿De quién?
- Ha llamado McMurffy de "Intercop. Loom". Acepta su contrato. Enhorabuena.
- ¡Genial!¡Qué suerte tengo! No esperaba que pudiera pasar, dios mío...

Sebas se emociona tanto que empieza a llorar. Primero, al recibir la información su cerebro, se colapsa. Poco a poco, después, va generando endorfinas mezcladas con todo tipo de sustancias extrasensoriales... acaba de firmar un contrato de inmortalidad. Aunque aún es humano en carne y huesos, su energía pasa a afirmarse como completa y se eleva a la máxima potencia. Está claro que para explicar esta vivencia necesitaremos un telescopio perfecto para medir la unión de todas sus glándulas de su cuerpo, con su cuerpo, en el centro del universo, con el centro del universo. Teniendo en cuenta que vamos a explicarlo de manera ordenada, dejaremos este tema para otra ocasión y seguiremos en la recamara de Sebas dónde esta mojando el hombro de Alfred, tridimensionalmente.

Así es, Sebas llorando encima de Alfred cómo un niño que acaba de nacer y tiene su primer contacto con el aire. Años y años sufriendo consecuencias de desmayo para conseguir el Santo Grial. Ahora lo tenía en la mano en forma de contrato "Needle and Thread", conseguido con complejisimas situaciones con el más allá. Tratos, negocios, prerogativas, pruebas, muchos tejemanejes, cansancio, mucho cansancio... Sabía que en el fondo no tenía más que 21 años y que una eternidad valía más que eso. Estaba hecho de buena madera.

Poco podría decir Javichulo, años más adelante, en la situación que se encontraba ahora en el infierno. Javichulo ya sabía que esto iba a pasar pero porque Sebas se lo había enseñado antes. Es evidente que el poder de Sebas siempre tiene que ver con lo que sabes. ¿Qué sabes del pasado de Sebas con respecto a Javichulo? Ellos habían ido juntos a clase, no podría llevarse mal jamás, al menos, por lógica se tendría que llevar algo bien, digo yo ¿no? Dos átomos que se juntan forman un pasado, presente y futuro y ¡Plas! Tenemos a Javichulo delante de 1 puerta con 3 llaves.

Todos estos pensamientos que tenía Javichulo le venían ahora a la cabeza. Cuando Sebas le enseñó el video en el Youtube dónde aparecía ese momento en que lloraba desconsoladamente en el hombro de Alfred, no se lo podía creer. Por lo visto, Alfred quería conseguir derechos sobre Sebas en todas las redes sociales y le había grabado a escondidas y difundido por toda la galaxia. Es evidente que no podía ganar mucho cuando se intenta usurpar la eternidad. Por otro lado, en el hemisferio izquierdo de Javichulo tenía la voz de Jose Jones que le susurraba "¡Confusión!¡Soy drogadicto de la vida!" ¿Qué podía hacer? Era hora de dar un paso adelante en su vida. Se abrochó el cinturón y se aventuró en el terreno inospito de la experiencia de la vida, aquel que nadie puede atravesar a menos que pase al siguiente nivel... Lo cual no es bueno del todo.


Let's dance,

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